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Nuestro fundador hoy. Bruno Semplicio, SMA
— Si quieres ir rápido camina solo, si quieres llegar lejos ve acompañado
“La compañía de los Apóstoles”
Como he escrito en el próximo Boletín SMA de Roma (n° 143), se trata de una expresión que Brésillac emplea muchas veces para invitar a sus misioneros a seguir juntos a Jesús, como los apóstoles, y a continuar su misión en el mundo entero.

Sabiduría, altruismo, austeridad

Durante los retiros, a los misioneros se recuerda muchas veces la importancia de vivir en compañía de los apóstoles, siguiendo su estilo de vida. Para seguir creciendo y haciendo conscientes las actitudes y los valores evangélico, por ejemplo, Brésillac pide a Jesús: "Danos la sal de la sabiduría evangélica con la que tu sazonaste todos tus discursos, todas tus acciones y la que les recomendabas a tus apóstoles como un medio seguro contra el orgullo" (p. 134).

O con respecto a la pobreza, Brésillac afirma que para "perseverar en la compañía de los apóstoles, no basta con haber sacrificado una única vez la fortuna y otras ventajas de este mundo" (p. 138).

En un mundo actual, hiper-estimulado, de múltiples aristas, Bresillac es preclaro y dice también: "Que vergüenza sería para nosotros buscar nuestros modelos fuera de Jesucristo y de los apóstoles" (p. 146). Más aún: cuando habla del desapego de los bienes de este mundo, Brésillac dice que si llevamos una vida cómoda, y tal que los que nos rodean pudieran envidiarnos, "entonces no sólo tendríamos que temer no encontrarnos en la compañía de los apóstoles, sino no contarnos entre los elegidos" (p. 177).

Al terminar el retiro, el predicador piensa en el regreso de los misioneros a sus misiones y se pregunta: "es posible que hasta ahora no hubiéramos entrado verdaderamente en la vida de los apóstoles, o que en medio de la carrera hubiéramos relajado nuestro celo" (p. 238).

Con la mirada puesta en los apóstoles

En su texto sobre el Estado de la religión en la India, nuestro Fundador afirma: " querría que cuando ejerzamos un ministerio apostólico, tuviéramos siempre los ojos puestos en los apóstoles".

Encontramos otro pasaje interesante cuando Brésillac escribe a su amigo Luquet (3.12.1843) y se pregunta por qué las misiones están tan lejos de sus "estado natural ", y responde: " a mi parecer, en el ministerio apostólico no se actúa como los apóstoles". Y añade: "todo mi pensamiento se reduce a estas dos palabras: hacer lo que harían los apóstoles y como harían los apóstoles, sólo esto, pero todo esto".

El mismo mes, le escribe a su obispo, Mons. Bonnand: " querría (pues) que se emplearan todos los recursos posibles a la vez, y sobre todo, que no se descuidaran los más allegados a la predicación sencilla y totalmente evangélica de los apóstoles" (a principios de diciembre de 1843).

En el Estado actual de la Obra de las Misiones Africanas, Brésillac presenta un testimonio muy importante para nosotros, miembros de la SMA, cuando afirma: " Fue sobre la tumba de los apóstoles donde decidimos fundar el Instituto de las Misiones Africanas ". Se refiere a la tumba de los apóstoles Pedro y Pablo en Roma.

Auto-alimentarse y hacer autocrítica

Cada año, el 8 de diciembre, celebramos el aniversario de la fundación de la SMA: este día puede convertirse en un momento importante, pleno de sentido, de discernimiento, de balances, de mirada sobre el pasado, sobre el presente y sobre el futuro previsible. La fundación de la SMA no está nunca terminada y todos estamos llamados a colaborar, como hermanos, para continuarla, con el fin de que responda a lo que el Señor quiere de nosotros hoy por la voz de su Espíritu y de su Iglesia. Esto, por otra parte, nos ayuda a evitar la tentación de considerar nuestra Sociedad como una realidad, más bien cómoda, al servicio de nuestras elecciones personales. Estas elecciones corren el riesgo de provocar la dispersión de las fuerzas, malestar y, a veces, divisiones.

En la misma carta a Luquet, del 3 de diciembre de 1843, de Brésillac escribe: " Yo querría a toda costa, pues, una institución verdaderamente apostólica". Lo escribe como miembro de las Misiones Extranjeras de París, pero sus palabras se adaptan a la SMA, que también es una sociedad de vida apostólica.

La herencia de los primeros elegidos por Jesús

Al principio de nuestras Constituciones, cuando se presenta el espíritu del Fundador, afirmamos que el misionero es el apóstol de los no cristianos, alguien que va a otro lugar y que funda Iglesias. Actuando así, "el misionero es el heredero de la vocación, del espíritu, las virtudes y hasta, en cierta medida, los métodos de los apóstoles y especialmente de san Pablo".

A nivel de las sociedades de vida apostólica exclusivamente misioneras, no rebuscamos bastante y con suficiente profundidad, los conocimientos capaces de desarrollar entre sus miembros una manera de ser y de actuar que, en la formación, la animación, la acción y la pastoral misionera, particularmente, se vea a los apóstoles. Pienso en una espiritualidad verdaderamente apostólica.

En lo que nos concierne, ciertamente escuchamos y escuchamos a los apóstoles según la enseñanza del Nuevo Testamento, de la Tradición y de la Liturgia. Pero esto se hace más bien por iniciativas individuales, de manera ocasional, en respuesta a exigencias de orden académico o debido a la predicación, a la animación o a la piedad personal.

Las comunidades apostólicas de los primeros tiempos de la Iglesia han representado, a lo largo de los siglos, el ejemplo de misión a imitar (Cf. Hechos de los Apóstoles, especialmente 2,47 y 4,33). Lo que suscitaba la admiración de algunos judíos, y de los paganos, era su estilo de vida, el compartir los bienes, la ayuda a los pobres, su fe profunda en Jesucristo muerto y resucitado, su oración y la fracción del Pan, su coraje ante las persecuciones y su esperanza en la vida eterna.

Recuperar la esencia, volver a las fuentes

Creo que la "compañía de los apóstoles" nos ayuda a volver a la sencillez, a la verdadera novedad, a lo esencial, "al corazón del Evangelio", según las palabras del Papa Francisco en Evangelii Gaudium (34-39). En el mismo documento dice también: "Cada vez que procuramos volver a la fuente para recuperar la frescura original del Evangelio, surgen nuevas vías, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras llenas de sentido renovado para el mundo de hoy. En realidad, toda acción evangelizadora auténtica es siempre nueva". (EG 11).

El Papa Francisco nos dice más: "Evangelizadores con espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo. En Pentecostés, el Espíritu hace salir a los Apóstoles de si mismos y los transforma en anunciantes de la grandeza de Dios, que cada uno comienza a comprender en su propia lengua. El Espíritu Santo, además, infunde la fuerza para anunciar la novedad del Evangelio con audacia, (franqueza), en voz alta, en todo tiempo y en todo lugar, incluso a contracorriente. Invoquémosle hoy apoyándonos en la oración sin la cual, toda acción corre el riesgo de ser estéril, y el anuncio, al final, estar vacío. Jesús quiere evangelizadores que anuncien la Buena Noticia no sólo con palabras, sino sobre todo con su vida transfigurada por la presencia de Dios" (EG 259).

¡Feliz fiesta del 8 de diciembre, 158 aniversario de la fundación del SMA!

Bruno Semplicio, SMA